En algún momento de nuestra vida hemos sentido miedo, dudas, inseguridades o esa voz que nos dice: “no puedes, no eres suficiente”. Esa voz es poderosa, pero hay algo dentro de nosotros aún más fuerte: la decisión de no rendirnos.
La vida no es un camino recto. Está llena de tropiezos, de puertas que se cierran, de oportunidades que parecen inalcanzables. A veces sentimos que todo está en contra, que no vale la pena seguir. Pero quiero que recuerden esto: lo que hoy parece tu límite, mañana será tu punto de partida hacia algo más grande.
Cada persona aquí presente tiene dentro de sí un talento, un valor, una fortaleza única. El problema es que muchas veces lo olvidamos porque nos comparamos con otros, porque escuchamos más a quienes dudan de nosotros que a quienes creen. Y lo más grave: porque dejamos de escucharnos a nosotros mismos.
Yo estoy convencido de algo: el mayor enemigo no está afuera, está dentro de nosotros. Es ese miedo que nos paraliza, esa timidez que no nos deja hablar, esa desconfianza que nos apaga los sueños. Pero también estoy convencido de que ese enemigo puede ser vencido con valentía, con perseverancia y, sobre todo, con fe en lo que somos capaces de lograr.
Quiero que piensen un momento en todas las veces que han caído y, aun así, se han levantado. Ese es el verdadero éxito. No los aplausos, no los títulos, no el dinero: el éxito está en no rendirse cuando todo parece perdido.
La historia no la escriben los que se rinden, la escriben los que se atreven. Cada decisión que tomamos nos acerca o nos aleja de la vida que soñamos. Y aunque las decisiones pequeñas parezcan insignificantes, son esas las que construyen el camino hacia lo grande.
Por eso, hoy les digo: no permitan que la duda los detenga. No permitan que el miedo les robe su futuro. Porque el miedo es fuerte, pero la voluntad humana lo es mucho más.
Si creen en ustedes mismos, si confían en su proceso, si entienden que cada caída es parte de la enseñanza, entonces no habrá obstáculo imposible.
Recuerden esto: el mundo no necesita más personas que se conformen, el mundo necesita más personas que se atrevan. Y yo les aseguro que cada uno de ustedes tiene dentro de sí la chispa necesaria para brillar.
Así que levántense, luchen, perseveren. La vida les pondrá pruebas, pero también recompensas. Y al final, descubrirán que lo que parecía imposible solo era el comienzo de su verdadera grandeza.
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