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Todo cambió cuando decidí empezar

(Una reflexión desde mi proceso real de transformación) No tengo todas las respuestas. De hecho, muchas veces siento que apenas estoy empezando a entenderme. Pero si algo he aprendido en este camino es que el verdadero cambio no empieza cuando todo está claro , sino cuando decides dar el primer paso, aunque tiemble la voz, aunque no sepas a dónde vas. Hoy quiero compartirte algo muy íntimo: el día que decidí empezar , todo empezó a cambiar. No de forma mágica ni inmediata, pero sí real. Esta entrada es parte de ese proceso… mi proceso. 🌱 Empezar con lo que tengo, no con lo que me falta Durante mucho tiempo me detuve a esperar "el momento perfecto", el plan completo, la motivación ideal. Pero ese momento nunca llegó. Solo había un pensamiento persistente dentro de mí: algo tiene que cambiar . Tony Robbins lo resume así: “La decisión de hacer un cambio es más poderosa que cualquier circunstancia.” Y fue justo eso lo que hice. No tenía certezas, pero tenía decisión. ...

Tu mente también escribe tu destino

 Desde pequeños nos enseñaron a creer que la vida simplemente ocurre, que hay que adaptarse a lo que venga, que no siempre se puede cambiar el rumbo. Pero con el paso del tiempo descubrimos una verdad distinta:  nuestra mente tiene el poder de transformar nuestra realidad . Cada pensamiento que cultivamos, cada emoción que sostenemos y cada palabra que repetimos en silencio tienen un impacto profundo en la manera en que vivimos. Lo que nos decimos a nosotros mismos puede levantarnos… o hundirnos. Hay días en los que todo parece gris. Momentos en los que el ánimo se esconde, en los que la motivación desaparece, y sentimos que nada tiene sentido. Es justo ahí donde comienza el verdadero cambio: cuando decidimos no dejarnos llevar por la corriente, sino detenernos, observar lo que estamos pensando, y preguntarnos: ¿Esto que creo… realmente me ayuda? ¿Esto que pienso me acerca o me aleja de la vida que deseo? Muchas veces vivimos atrapados en heridas del pasado, repitiendo frases ...

El hábito silencioso que nos aleja de nosotros mismos

 Hay algo más peligroso que el miedo: la idea de que aún hay tiempo de sobra. Porque procrastinar no es solo postergar tareas , es también postergar sueños, decisiones, cambios necesarios y hasta nuestra propia transformación . Durante mucho tiempo pensé que era simplemente desorganización. Me decía: "ya lo haré", "mañana sin falta", "cuando tenga energía". Pero el tiempo seguía su curso, y lo que posponía por días, terminaba quedándose meses sin tocar. Procrastinar se convirtió en un lenguaje. Un lenguaje que aprendí para evitarme. Y sin darme cuenta, el “después” se transformó en un “nunca” disfrazado . 😣 ¿Por qué postergamos lo que más queremos? No es flojera. No es que no nos importe. Muchas veces, procrastinar es una forma inconsciente de protegernos . “Procrastinamos cuando la tarea a realizar nos genera emociones negativas: miedo al fracaso, inseguridad, aburrimiento, o sensación de estar fuera de control.” — Timothy A. Pychyl , autor de Sol...

Aprendí cayendo

 Caer duele. No importa cuántas veces te lo digan, ni cuántos libros leas sobre crecimiento personal , ni cuánto te prepares emocionalmente. Cuando te toca, duele. Y no solo el golpe externo, sino el que va directo al orgullo, a la autoestima, al corazón. Caer es perder algo: una oportunidad, una relación, una ilusión. Es enfrentarse cara a cara con el fracaso , con la decepción , con la vulnerabilidad . Pero también es ahí, en ese suelo frío e inesperado, donde comienzan las lecciones más importantes de la vida. Durante mucho tiempo pensé que superarse era una línea recta. Que si hacía las cosas “bien”, todo saldría como lo planeaba. Pero la vida no sigue guiones ni obedece a nuestros deseos. La vida se encarga de moldearnos a golpes suaves o duros, según lo que necesitemos aprender. Aprendí cayendo . Y caí muchas veces. Por confiar demasiado, por esperar algo de alguien que no estaba preparado para darlo, por postergar decisiones, por dudar de mí mismo. Y cada caída fue dist...

A veces, el silencio también habla

 Hay días en los que todo parece detenerse. No hay ideas claras, ni palabras en fila, ni una emoción que podamos traducir fácilmente. Solo una especie de pausa. Como si la vida nos pidiera quedarnos quietos un momento para escuchar lo que está dentro. Esos momentos, aunque incómodos, también son parte del camino. Me ha pasado muchas veces. Sentarme con el deseo de escribir, de expresar algo, pero encontrarme frente al silencio más profundo. Antes solía desesperarme. Sentía que el no poder escribir era una especie de retroceso, una señal de que algo en mí se estaba apagando. Pero con el tiempo, comprendí que el silencio también es una forma de comunicación. Solo que necesita paciencia para ser comprendido. El poeta Rumi escribió una frase que hoy resuena profundamente en mí: “El silencio es el lenguaje de Dios, todo lo demás es una pobre traducción.” Quizá por eso, cuando no sabemos qué decir, deberíamos escuchar más. No todo se resuelve hablando o haciendo. A veces, sanar es ...

Sanar no siempre se nota, pero se siente

Vivimos en una sociedad que aplaude los resultados visibles, los cambios que se notan desde fuera. Pero sanar no siempre es eso. Sanar no es una meta con medallas. Sanar, muchas veces, es un proceso silencioso que solo quien lo vive puede entender. Hay días en que el simple hecho de levantarte de la cama es una victoria. Días en los que lograr no reaccionar como antes ya es un acto de sanación. Días en los que no necesitas gritarle al mundo que estás mejorando porque lo sientes, aunque no puedas explicarlo. Y eso basta. Como escribió Carl Jung: “No hay despertar de la conciencia sin dolor. La gente hará cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma.” Sanar, entonces, no es escapar del dolor, sino atravesarlo. No es aparentar fuerza, sino tener el coraje de ser vulnerable. La psicóloga Brené Brown, autora del libro El poder de la vulnerabilidad , lo explica así: “Abrazar nuestra vulnerabilidad es riesgoso, pero no tan peligroso como renunciar al amor, ...