En algún momento de nuestra vida hemos sentido miedo, dudas, inseguridades o esa voz que nos dice: “no puedes, no eres suficiente”. Esa voz es poderosa, pero hay algo dentro de nosotros aún más fuerte: la decisión de no rendirnos. La vida no es un camino recto. Está llena de tropiezos, de puertas que se cierran, de oportunidades que parecen inalcanzables. A veces sentimos que todo está en contra, que no vale la pena seguir. Pero quiero que recuerden esto: lo que hoy parece tu límite, mañana será tu punto de partida hacia algo más grande. Cada persona aquí presente tiene dentro de sí un talento, un valor, una fortaleza única. El problema es que muchas veces lo olvidamos porque nos comparamos con otros, porque escuchamos más a quienes dudan de nosotros que a quienes creen. Y lo más grave: porque dejamos de escucharnos a nosotros mismos. Yo estoy convencido de algo: el mayor enemigo no está afuera, está dentro de nosotros. Es ese miedo que nos paraliza, esa timidez que no nos deja hablar,...
A veces me siento como un rompecabezas sin imagen guía. Tengo piezas que no sé dónde encajan: sueños de ayer, miedos de hoy, ganas de algo que no sé nombrar. Me levanto, me miro en el espejo, y me pregunto en silencio: ¿quién soy en realidad? He llegado a los 30 sintiéndome muchas veces como un niño grande: soñador, sensible, curioso, pero también confundido. Mientras otros parecen tener claro su rumbo, yo sigo imaginando profesiones, caminos, posibilidades. Algunos dirían que eso es inmadurez… pero yo empiezo a entender que es mi manera de buscarme . Porque aunque no tenga un título importante, ni un trabajo fijo, ni una etiqueta que me defina, sigo teniendo algo que me salva todos los días: la necesidad de escribir . “Escribo para saber lo que pienso.” — Joan Didion “Escribir es una forma de terapia; a veces me pregunto cómo todos los que no escriben, componen o pintan pueden escapar de la locura.” — Graham Greene Escribir es mi forma de respirar cuando el mundo me asf...